Llegaste

Llegaste sin preguntar
y aún así nos iluminaste la vida.
Hoy todo es distinto,
ya no hay problemas, todo es alegría.

Todo es más hermoso,
las cosas ya no son importantes;
sos el centro de nuestro hogar,
y tu llegada despierta esperanza y armonía.

Quisiera expresar en palabras todo lo que siento,
pero, enmudezco y no puedo salir de mi asombro.
Pienso que un nuevo ser esta creciendo
y la verdad que me cuesta creer que esto esté sucediendo.

Ya sos mi hijo, nuestro hijo,
y no veo la hora de tenerte en mis brazos.
tu madre esta más hermosa que nunca,
la vida nos ha premiado, sos parte de nosotros;
lo más importante de nuestra familia, hoy todo es arte.

El mundo que te espera no es fácil,
pero creo que nunca lo ha sido.
Siempre estaremos a tu lado, ahora protegiendo
y educándote. Más adelante nos tocará acompañarte.
... y en un futuro no muy lejano, sólo contemplar
desde un costado tu vida desarrollarse.


Hijo mío ... aquí estamos esperándote,
sos y serás la razón de nuestra existencia,
has llegado para quedarte ... al menos por un tiempo;
Lo suficiente para hacerte grande.
Después tomarás tu camino, pero hoy queremos mimarte.

Nuestro hijo querido
has logrado abrir la única puerta
que desde afuera no se abre,
la del corazón, aquella que solo el dueño
decide a quien deja entrar y quien sale;
Tu no pediste permiso, tu solo entraste,
allí te has instalado...
Hijo mío llegaste para quedarte.
(Mendoza, Diciembre de 2002)

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