Quisiera ser como mi Padre

(24 de Agosto de 2008)

Tantas veces te vi llorar
tanta veces te vi sufrir,
no fue fácil cumplir como padre,
no fue fácil sacar la familia adelante.
Nunca bajaste los brazos,
nunca te acobardó nada,  ni nadie.
Admiro tu valor, tu fuerza inquebrantable.
Has sido  consejero, jefe y amigo,
siempre compañero, justo y perseverante;
siempre has sido un buen padre.
El ejemplo de vida en cada instante,
no se borrará jamás de nuestra memoria.
A veces hubo berrinches,
cuantas  discusiones interminables.
Cosas de chicos, de adolescentes y de grandes.
 Pero siempre estuviste ahí para marcarnos el paso,
para ayudarnos a enfrentar los problemas,
para apoyarnos, aún a costa de los enojos,
reproches y consejos,
porque a veces no escuchábamos a nadie.
Quizás algún día sea como tú,
o al menos intentaré acercarme,
a tu ideal de vida, a tu honestidad insobornable.
Dios me permita tener tu fuerza,
ojalá, pueda llegar a ser como tú,
un excelentísimo Padre!!.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Merceditas: la Princesa del hogar.