Merceditas: la Princesa del hogar.


La casa señoreada por la hidalguía varonil
reclama a gritos la presencia de otra belleza,
la reina del hogar ya no estará más en soledad,
la princesa ha llegado para ocupar su lugar,
de dulzura, pureza, inocencia, belleza y bondad.

Pasaron muchos años, y los príncipes de este sencillo lugar,
se habían adueñado de todo el cariño y alegría,
que una familia puede soñar,
pero sin duda algo faltaba, en el aire se percibía,
un cierto dejo de orfandad.

Hoy la dinastía está completa,
y se ha establecido el equilibrio entre la fuerza y la bondad,
Juan Manuel y Francisco Nicolás, están atónitos,
la magia de su hermanita los ha embargado,
con risas, mimos, juegos, ternura y cariño a la familia has capturado.

Paula Mercedes, impone señorial sus deseos,
un quejido un rato, una sonrisa más tarde,
cientos de mensajes, muchos llamados y un suceso inesperado;
pero luego del abrazo maternal que calma su sed y hambre,
concluye en un idilio que luego, de nuevo ha comenzado.

Merceditas, su nombre, impuesto desde antes,
claro no podía ser otro, más que el gentilicio
de la infanta mendocina, hija de aquel hombre del destino grande.
Paula la llama su madre, en honor de otra gran mujer
que brindó al país una de las mentes más brillantes.

Para nosotros, la princesita que iluminó una vez más el hogar,
como sucedió en Agosto de 2003 y Febrero de 2006,
cuando llegaron los bulliciosos hermanos más grandes.
Todos hijos muy queridos que llenaron de amor y dedicación
el tiempo que de otro modo hubiera sido vacante.

Que orgullosos sus abuelos,
cuanto cariño albergan en su fuero,
sus tíos sintetizan la fiesta del nacimiento,
y recién llegado hace tan solo unos meses: Bautista,
te advierte lo que significa ser pequeño en este mundo de grandes.

Bienvenida Paula Mercedes,
tu corona de armonía y belleza,
es la joya sobre la que se ciñe la luz de este hogar.
Merceditas, que pequeña eres, y cuan grande el mundo que has conquistado,
haced tu voluntad, pues eres la princesa que Dios nos ha enviado.


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